Muchas veces me pregunta si ser organizados es una habilidad con la que nacemos o si la podemos aprender luego. Y de aprenderse, por dónde se comienza.
Es verdad que hay personas que son naturalmente organizadas. Y lo hacen de forma natural en todos los aspectos de su vida (aún sin darse cuenta) porque lo tienen incorporado en su ADN.
Pero, para tranquilidad de todos, quiero decirles que también se puede aprender a ser organizados. Obviamente que antes debemos reconocer que tenemos la necesidad de serlo y que eso conlleva un cambio.
Y los cambios son difíciles, siempre. Los seres humanos, por naturaleza, rechazamos los cambios, nos resistimos a atravesarlos. ¿Y por qué? Sencillamente porque nos da miedo. Miedo a no saber qué va a pasar después, a la incertidumbre. Y es normal.
Quiero compartirles algo que estoy aprendiendo actualmente en mi trabajo, y es una metodología para adoptar los cambios que se llama ADKAR (son siglas en inglés que corresponden a 5 estadíos del cambio) y se aplica principalmente para cambios organizacionales (ya sea en la cultura de una compañía, en un proceso, en un proyecto, etc.) pero para mí también se puede aplicar 100% a la vida cotidiana.
Hoy lo traigo aquí para que vean que nos puede ayudar muchísimo en esta transición desde la desorganización a la organización.
Y como amo los ejemplos (porque me parece la mejor forma para entender nuevos conceptos), a medida que les cuento qué es ADKAR les voy a compartir un ejemplo llevado al ámbito de la organización diaria.
ADKAR
A – Awareness (Conciencia)
En este primer estadío es cuando tomamos conciencia de que debemos cambiar para pasar de un estado actual que no queremos (o no nos sirve más) a uno nuevo, distinto.
En este momento es importante entender por qué necesitamos cambiar. ¿Qué sucede que no podemos seguir donde estamos actualmente (o haciéndolo como veíamos haciéndolo)? Ese “por qué” nos va a ayudar a transitar el cambio.
A modo de ejemplo, vamos a suponer que ustedes necesitan reorganizar su ropa porque actualmente es un caos: hay un poco en su placard, otro en el de los chicos, en una baulera.
Reconocen, son conscientes que tienen que cambiar porque así no se puede más. Es necesario hacer un cambio en este aspecto para tener la ropa mejor ordenada, saber qué tienen y vestirse más rápido (sin la necesidad de recorrer toda la casa para buscar algo).
D – Desire (Deseo)
En este momento es cuando entra el deseo en esta necesidad de cambio.
Porque de nada sirve saber que tenemos que cambiar sino lo deseamos.
El deseo hace que tomemos al cambio y nos apropiemos de él para que perdure en el tiempo. De lo contrario, si sólo se da porque “tenemos que cambiar” ese cambio no va a durar nada.
Volviendo al ejemplo, ahora le sumamos el deseo de organizar todo este lío. Van a ver que con esas ganas genuinas de cambiar van a lograr mejores resultados: les va a ser más fácil reconocer qué sirve, qué no. Van a hacer descarte, van a doblar mejor la ropa y van a encontrarle lugar a todo, sin necesidad de que esté distribuido por todos lados. El cambio se empieza a dar.
K – Knowledge (Conocimiento)
Acá es cuando comenzamos empaparnos de conocimiento, buscamos herramientas que nos ayuden a implementar el cambio. Nos ayuda a responder la pregunta “¿Cómo lo vamos a hacer?”. Es como un mapa de ruta que nos indica por dónde ir. Sin conocimiento no podemos hacer nada, por eso es fundamental buscar, leer, investigar… todo lo que nos dé herramientas para poder encausar el cambio propuesto.
Para el ejemplo de la organización del placard, el conocimiento se va a dar buscando tips de cómo descartar ropa, mirando videos de cómo doblarla para que quede mejor. Buscando info de cómo optimizar el espacio según el placard que tengan, viendo que pueden usar contenedores para organizar mejor. En fin, herramientas de todo tipo para ayudarlos a organizar y que ese cambio comience a tomar forma.
A – Ability (Habilidad)
Ahora es cuando hay que poner manos a la obra. De nada nos sirve entender, desear y saber qué y cómo tenemos que hacer para que el cambio se dé, sino que ahora es cuando hay que trabajar para transformar lo antiguo en lo nuevo. Ahora es cuando se hace tangible el cambio.
Acá es cuando se ponen a trabajar en el placard: juntan todo lo que tienen distribuido por toda la casa, ven qué sirve, qué descartan, doblan, ordenan, etc.
R – Reinforcement (Consolidación/Refuerzo)
Los cambios sólo son exitosos cuando se adoptan y se mantienen en el tiempo, por eso es fundamental atravesar todas las etapas para que sea parte de nosotros, para que se transforme en un hábito.
A veces puede darse que ese cambio no se dio tal cual nosotros lo esperábamos. Y está bien, porque uno va a aprendiendo en el camino. No hay que darse por vencido, sino hacer los ajustes necesarios para que se acomoden a lo que nosotros realmente esperamos.
Si volvemos al ejemplo del placard, es fundamental que sepan que haberlo hecho una sola vez este proceso no es suficiente para que ese cambio ya quede instalado. Es importante que evalúen si la forma en que organizaron les sirve y sino, hacer los cambios necesarios para que ustedes estén a gusto y que finalmente adopten esta nueva forma, esta nueva organización que ustedes mismos implementaron.
Tiene que volverse algo de todos los días, un hábito que lo tomen como algo natural y sin esfuerzo para que perdure en el tiempo.
Abran el placard y siéntanse orgullosos de lo que hicieron, de haber cambiado a algo nuevo, mejor ¡felicítense!
Y si ven cosas que no les funciona no den marcha atrás: corrijan lo que haga falta y listo.
Los cambios son constantes, por eso no piensen que una vez hecho el cambio todo va a funcionar todo perfectamente. No, desde ya les digo que no, que siempre hay cosas para ajustar.
Por eso es importante que ustedes vayan corrigiendo esas cosas que no les funcionó y prueben otras alternativas. Lo que ayer les funcionaba hoy puede que ya no. Y lo que hoy parece LA solución seguro que mañana les parezca un desastre.
Porque la vida cambia, y nos tenemos que adaptar a ella. Y sí, aplica a TODO.
Flor =)